martes, 26 de febrero de 2013

LOS ESPARRAGOS














 
 
                                      
Todo el mundo sabe que el espárrago es rico en fibra pero no tantos que se trata de uno de los productos naturales con más posibilidades terapéuticas. Y es que no sólo es el vegetal más rico en glutatión -reconocido antioxidante anticancerígeno- sino que contiene saponinas, compuestos fitoquímicos bioactivos a los que se les reconoce científicamente

RAGOSactividad antitumoral frente a distintas líneas celulares cancerígenas. Además es rico en rutina, flavonoide de amplias propiedades antioxidantes y antitumorales. Comer espárragos por tanto –salvo que se sea alérgico a ellos- es bueno para todos pero especialmente recomendable para los enfermos de cáncer. Algo que ya se explicaba en los tratados de medicinas milenarias como el Ayurveda.
Una de las mejores opciones culinarias en primavera -por su sabor y contribución a una alimentación saludable- es incluir los espárragos en nuestra alimentación. De ellos dice un dicho popular: “Los de abril para mí, los de mayo para el amo y los de junio para ninguno”. Especialmente los tallos y brotes tiernos -llamados turiones- de la Asparagus officinalis (de la familia de las Liliáceas), la planta esparraguera más conocida de las 240 especies existentes y que es la única comestible cultivada en España. Y, por supuesto, las especies silvestres que crecen espontáneamente en numerosas regiones y se conocen como espárragos trigueros, negros o amargos por encontrarse en eriales abandonados y, a menudo, protegidos por olivos centenarios.
Desde el punto de vista del consumo podemos hablar de dos tipos de espárragos: el verde pequeño y delgado que crece a la luz del sol y el blanco, más grande, grueso y que, a diferencia del anterior, crece bajo tierra por lo que al no darle el sol carece de clorofila, el pigmento responsable del color verde de los vegetales.
En cuanto a sus propiedades empezaremos diciendo que en su forma silvestre el espárrago se consumía en la Grecia y Roma antiguas como diurético, para aumentar el flujo de orina, para limpiar los riñones y para evitar la formación de cálculos renales. Pero es en Asia donde aún conserva su condición de vegetal medicinal y como tal está presente en sistemas médicos tan antiguos como el Ayurveda, el Siddha y el Unani, tenidos aún hoy en cuenta por el Sistema Nacional de Salud hindú.
Hoy se sabe que los espárragos son ricos en agua orgánica, fibra y proteínas y no contienen ni azúcares ni grasas lo que los convierte en alimento idóneo para adelgazar. Además contienen vitaminas A –en forma de betacarotenos-, C y E así como cantidades importantes de minerales como el potasio -de ahí su propiedad diurética y que sean beneficiosos en casos de hipertensión-, el hierro, el fósforo, el yodo y, ya en menor proporción, el calcio y el magnesio. Lo que no es tan conocido es que los espárragos son además potentes antioxidantes y, por ende, anticancerígenos; y es que es el vegetal más rico en glutatión. Sin olvidar que también contienen flavonoides, saponinas y folatos.

EL GLUTATIÓN, POTENTE ANTICANCERÍGENO
¿Y qué es el glutatión? Pues un tripéptido constituido por tres aminoácidos -la glicina, la cisteína y el ácido glutámico- que actúa como potente antioxidante intracelular reduciendo especies reactivas del oxígeno como el peróxido de hidrógeno gracias a la enzima glutatión peroxidasa. El Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos simplifica su definición así: “Sustancia que se encuentra en los tejidos vegetales y animales desempeñando numerosas funciones en la célula como la activación de ciertas enzimas y la destrucción de compuestos tóxicos y sustancias químicas que contienen oxígeno”. Por eso el Instituto para la Prevención del Cáncer estadounidense, a través del investigador Komninou Despina, lo define a su vez como “un elemento importante en la lucha contra el cáncer”.
Y es que el glutatión ayuda a afrontar el cáncer de tres formas: como preventivo, como herramienta terapéutica frente a las células tumorales y como adyuvante de los tratamientos convencionales al reducir sus efectos secundarios.
Como preventivo al neutralizar el efecto perjudicial de los radicales libres de origen endógeno derivados de la producción de energía y otras actividades metabólicas celulares pero, sobre todo, de los provocados por agresiones exógenas, la mala alimentación, los tóxicos ambientales, las radiaciones electromagnéticas, etc. (los radicales libres se consideran altamente cancerígenos). Sin olvidar que potencia el efecto antioxidante de las vitaminas C y E así como del selenio. Es más, no sólo previene la mutación del ADN celular sino que contribuye a reparar el ADN dañado.
En la fase activa del cáncer el glutatión también juega un papel importante por su influencia en el sistema inmune ya que está directamente involucrado en la réplica y crecimiento de los linfocitos T, glóbulos blancos básicos en el funcionamiento del sistema inmune. Está demostrado que niveles bajos de glutatión provocan una actividad inadecuada de las células T. Un estudio hecho en Japón con seis personas con hepatocarcinoma a las que se dio 5 gramos diarios de glutatión de forma oral finalizó con la regresión o estancamiento del crecimiento del tumor en tres pacientes. Otro tuvo una reducción del marcador tumoral alfa-fetoproteína de 496 a 5 y dos sobrevivieron un año. Hasta tal punto se considera importante que el área de Quimioterapia del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos ha desarrollado medicamentos anticancerígenos como el NAC oN-acetilcisteina, fármaco destinado a elevar los niveles de glutatión en el organismo.
Cabe agregar que el glutatión es también desintoxicante pues ayuda a neutralizar y/o eliminar del organismo un amplio número de carcinógenos y mutágenos. De hecho los investigadores Balansky, Conaway y Witschi demostraron que el NAC inhibe los tipos de cáncer inducidos por toxinas como el uretano, lanitrosamina, la doxorubicina y la etillnitrosourea. Y son varios los estudios en seres humanos que demuestran que disminuye notablemente los efectos de la quimioterapia.

ESPÁRRAGOS Y SAPONINAS
En cuanto a las saponinas el Instituto Nacional del Cáncer estadounidense reconoce en su diccionario sobre cáncer que son compuestos que además de ayudar a bajar el nivel de colesterol “puede tener efectos importantes contra el cáncer”. Chee-kok Chin, investigador del departamento de Biología y Patologías Vegetales de la Universidad Rutgers de New Jersey (EEUU) que ha dedicado buena parte de su trabajo a mejorar las propiedades del espárrago, asevera que una de tales saponinas, la protodioscina, no sólo es afrodisíaca y la ingesta de su extracto aumenta la libido en ambos sexos así como la producción de espermatozoides en el hombre sino que además reduce la absorción de lípidos, mejora la circulación sanguínea e inhibe el crecimiento de las células tumorales. De hecho probó la protodioscina en la línea celular de la leucemia HL-60 constatando que inhibe eficazmente el crecimiento de esas células cancerosas por lo que tras proseguir sus investigaciones terminaría presentando la sustancia al Instituto Nacional del Cáncer –organismo encargado de evaluar las sustancias con potencial actividad antitumoral en diferentes grupos de líneas celulares de cáncer- demostrando que logra el mismo efecto en líneas celulares de colon y en melanomas. Otros datos preliminares mostrarían que los ratones que consumen extracto acuoso de protodioscina presentaban una reducción significativa de aparición y crecimiento del cáncer de piel. Curiosamente el patrón de distribución muestra que la protodioscina se encuentra predominantemente en la parte inferior de los espárragos y sólo una pequeña fracción está situada en la parte superior.
Añadiremos que otra saponina, la Asparanina A, ha obtenido en investigaciones chinas efectuadas en el Laboratory of Carcinogenesis and Intervention de la China Pharmaceutical University de Nanjing resultados prometedores en hepatocarcinomas humanos.

LOS FLAVONOIDES, BUENOS ANTIOXIDANTES 
Los espárragos son asimismo una rica fuente de flavonoides -especialmentederutina, un potente antioxidante- por lo que protegen de los rayos ultravioletas, de la contaminación por metales tóxicos -como el plomo y el mercurio- y de numerosas sustancias químicas presentes hoy en los alimentos como los colorantes, los conservantes, etc. Asimismo inhiben la oxidación de las lipoproteínas de baja densidad (LDL) y tienen efectos antiinflamatorios y antialérgicos. Y al limitar la acción de los radicales libres reducen el riesgo de cáncer, mejoran los síntomas alérgicos y de la artritis, aumentan la actividad de la vitamina C, bloquean la progresión de las cataratas y la degeneración macular, reducen los sofocos en la menopausia y alivian otros síntomas.
Flavonoides que se encuentran en las frutas, las verduras, los frutos secos, las semillas, las flores, el cacao y otros alimentos entre los que se encuentran los espárragos, una de las fuentes más ricas de nuestra dieta en al menos uno de ellos, la rutina,cuyas propiedades antiinflamatorias, antiespasmódicas y antialérgicas son tan conocidas como su capacidad preventiva ante las infecciones bacterianas y el desarrollo tumoral. Sin olvidar que ayuda a absorber la vitamina C impidiendo su oxidación.
Eso sí, en contraste con la protodioscina, abundante en la base del espárrago, el nivel más elevado de rutina está en la parte superior. “Creo que si los consumidores fueran conscientes de los beneficios positivos para la salud de la rutinay la protodioscina–escribe Chee-kok Chin- y además supieran que los espárragos son una fuente relativamente rica de ambas sustancias aumentaría la ingesta de los mismos. De hecho en Estados Unidos la mayoría de los consumidores prefiere hoy obtener los nutrientes deseables de alimentos naturales en vez de ingerir píldoras y suplementos. Por tanto, la obtención de protodioscinay rutinade los espárragos es una opción atractiva”.

EL ÁCIDO FÓLICO, ESENCIAL PARA EL ADN
La tercera sustancia en la que son ricos los espárragos son los folatos –cuya forma amiónica es el ácido fólico o vitamina B9-, necesarios para la formación de las proteínas estructurales y de la hemoglobina. Son además elementos básicos para la síntesis de purinas, compuestos que forman parte de los nucleótidos, sustancias presentes en el ADN y el ARN y por tanto esenciales en la división celular. Pero cuando es especialmente importante la presencia de ácido fólico es en los períodos de división y crecimiento celular rápido tanto en la infancia como durante el embarazo. De hecho su déficit puede provocar graves problemas en el feto y causar malformaciones, anemias, nacimientos prematuros y bebés nacidos con poco peso. También regula la formación de homocisteína, sustancia que a niveles elevados daña las paredes de los vasos sanguíneos y contribuye con ello a la acumulación de placas.
Por lo que se refiere al cáncer se ha sugerido que el folato puede ayudar a prevenirlo por su participación en la síntesis, reparación y funcionamiento del ADNy por el hecho de que su déficit en el organismo puede provocar daños en el ADN lo que podría conducir al desarrollo tumoral. Las dietas altas en folatos -sobre todo si proceden de alimentos naturales- se asocian de hecho a una menor incidencia de cáncer colorrectal y cáncer de pecho.
En suma, del espárrago se aprovecha todo. Un estudio de la empresa española AZTI Tecnalia de Investigación Marina y Alimentaria asegura por ejemplo que la parte que suele desecharse podría utilizarse para fabricar preparados de fibra que agregar en los cereales, la bollería, los productos lácteos y los zumos.
Para finalizar queremos hacernos eco de una receta que aparece en numerosas fuentes documentales en las que se asegura que los espárragos ayudan eficazmente a tratar el cáncer pues aunque no podemos dar fe experimental de su eficacia su simplicidad y su carácter natural garantizan que saludable sí es. El procedimiento es simple y consiste en introducir espárragos cocidos en una licuadora/batidora, hacer con ellos un puré, almacenar éste en el refrigerador en un envase herméticamente cerrado y tomar 4 cucharadas grandes por la mañana y otras 4 por la noche. Cantidad que en realidad podría aumentarse sin problema ya que el carácter natural del producto y su inocuidad permite una ingesta mayor. Además se puede diluir en agua y tomarlo como bebida, bien fría, bien caliente. Se afirma que en pocas semanas se constatan los beneficios.

 
Sonia Barahona

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